Existe una conexión entre el cuerpo humano y la hidratación que, por supuesto, también influye en nuestro rendimiento intelectual.
Sin el agua nuestros órganos vitales se verían afectados en pocos días, causando una crisis en nuestro organismo.
Uno de los efectos que pueden mostrar un cuadro de deshidratación es la falta de concentración, problemas de memoria y disminución del rendimiento intelectual. Por eso hoy hablamos de la relación entre hidratación y rendimiento intelectual.
Beber agua para estudiar mejor
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Algunas áreas del cerebro son responsables de controlar procesos independientes de las funciones cerebrales conscientes (como la respiración y la frecuencia cardíaca), mientras que otras son responsables de coordinar movimientos y otros procesos como el aprendizaje y la memoria.
El cerebro, la parte metabólicamente más activa del cuerpo, necesita nutrientes para apoyar sus funciones vitales.
Probablemente habrás notado cómo en verano, cuando las temperaturas son más altas, cuesta más concentrarse. Es por ello que los los estudiantes deben ser muy estrictos con la cantidad de agua que consumen debido a que, en esas condiciones, son propensos a deshidratarse y por lo tanto, bajar su rendimiento.
Muchos jóvenes, sobre todo los que se encuentran en etapas mas avanzadas de sus estudios como lo es la universidad, se ven tentados a tener un mayor consumo de bebidas carbonatadas y con cierta adicción a la cafeína para mantenerse activos durante sus días universitarios.
Pero la adopción de este tipo de excesos, nada recomendables para ninguna persona en general, tiene consecuencias en los estudiantes, en su rendimiento intelectual y en su capacidad de concentración.
Nuevas profesiones e hidratación
Con el desarrollo del teletrabajo se ha evidenciado la paradoja de la inactividad y cómo esta afecta al plano intelectual.
Actualmente, en el mercado laboral, se ha desarrollado una modalidad de trabajo virtual debido, sobre todo a raíz de que la pandemia nos encerró en nuestros hogares. Todo esto generó un cambio significativo que nos planteó la posibilidad de llevar a cabo profesiones, habitualmente presenciales, al plano digital.
Pero, al igual que el estudiante, el trabajador necesita mantener un buen rendimiento intelectual para poder desempeñar bien su puesto de trabajo, independientemente de que este sea sedentario o no.
Los largos periodos de inactividad van acompañados de un bajo consumo de agua. Debido a que no estamos en constante movimiento, sentimos que estamos bien e inclusive obviamos la necesidad de consumir agua.
El consumo de agua en los “gamers”
Es incuestionable la importancia de beber agua para jugar mejor, ya sea al fútbol, al balonmano o al tenis de mesa. Sobre todo cuando se trata de actividades que requieren ejercicio físico. Pero no por ello debemos olvidarnos de juegos más sedentarios típicos de la era digital. O de algunos juegos de mesa como las cartas o el ajedrez, cuyas partidas pueden desarrollarse durante horas.
Conseguir una hidratación adecuada es crucial no solo para nuestro rendimiento intelectual, sino también para recibir todos los beneficios del ejercicio mental sin consecuencias indeseables. Pues altos niveles de concentración conllevan un desgaste que podemos afrontar mejor con una buena alimentación e hidratación.
Las personas aficionadas a actividades lúdicas, a pesar de que no realizan altos esfuerzos físicos, sí dedican mucho tiempo a sus entrenamientos para mejorar sus estrategias y ganar sus partidas. Esto requiere de una buena memoria para poder hacerlo de la mejor manera posible. A todo ello hay que añadir la pérdida de líquidos que supone la sudoración provocada por el estrés de participar en torneos.
Tomando en cuenta todo esto, es muy recomendable analizar nuestro estilo de vida para determinar la cantidad de agua que necesita nuestro cuerpo. Todos sabemos de antemano que la hidratación es muy importante para el buen funcionamiento de nuestro organismo pero ¿tienes en cuenta también de nuestro cerebro?
