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Por qué me sabe mal el agua

¿Por qué me sabe mal el agua?

El agua limpia, filtrada y purificada tiene un efecto increíble en nosotros, la necesitamos y la disfrutamos. Pero lo cierto es que no sabe a nada. Sin embargo hay momentos en nuestra vida en los que ingerirla no nos resulta tan agradable es entonces cuando nos preguntamos ¿por qué me sabe mal el agua?

El agua tiene un sabor extraño: ¿Qué ocurre?

El agua es también conocida como el líquido vital o líquido elemento para la vida. Simplemente no existe forma en la que el ser humano, y la vida en el planeta Tierra, pueda existir sin ella.

El agua es vida y, aún así, por lo general desconocemos mucho acerca de la misma. Esto puede parecer una paradoja, pero es la realidad. Es tan necesaria que cuando alguna vez notamos que su sabor no es el esperado, nos provoca inquietud y nos preguntamos:  ¿Qué le pasa al agua?

Esta no es más que la reacción natural a buscar solución a algo que -sabemos- necesitamos para vivir. Y por eso queremos ponerle remedio con la mayor prontitud posible.

Cuando nos hacemos esta pregunta sospechamos de su calidad, pero existen otros motivos.

Motivos por los que el agua sabe mal

La explicación es que algunos tipos de agua saben peor que otros debido a los elementos añadidos que contienen.

Las ciudades agregan productos químicos como el cloro a sus suministros para ayudar a matar cualquier bacteria que pueda crecer en los depósitos de agua, tuberías, tanques o en cualquier otro lugar por el que el agua deba pasar para llegar a su hogar.

Dependiendo de la cantidad de cloro que se agregue en su municipio o región, es probable que lo detecte primero como un olor que indiscutiblemente acaba influyendo en nuestro sentido del gusto, y luego como un regusto por sí solo. Este olor y sabor químico puede ser más desagradable para algunas personas que para otras.

Sea como sea, existen soluciones para evitar el evitar el cloro en el agua potable.

Sabor metálico en la boca al beber agua

La siguiente inquietud que solemos tener es por qué en ocasiones existe un sabor metálico en la boca tras de beber agua. Esto también tiene, por supuesto, una explicación lógica.

El agua puede ser un líquido hasta los 100 °C, punto en que empieza su ebullición, pero eso no significa que no pueda haber metales en ella.

El hierro es un metal complicado porque puede estar totalmente disuelto o aparecer como pequeñas motas, dándole un tinte rojizo/marrón. Es fácil ver el hierro cuando está flotando, pero también puede disolverse y volverse totalmente invisible al ojo humano.

Los altos niveles de hierro pueden hacer que el agua adquiera un sabor metálico que afecta no solo el vaso que deseamos beber, sino también la comida que se cocina con ella.

Afortunadamente, el hierro se puede filtrar, pero está lejos de ser el único metal que podría estar alterando el sabor del agua ya que el calcio y el magnesio también se pueden encontrar en esta.

Hay personas más sensibles que otras a la hora de notar sabor al agua. Y también tenemos que tener en cuenta qué hemos ingerido antes incluyendo los efectos de algunas medicinas.

Sea como sea, el hábito de beber agua es tan necesario que no nos resulta nada agradable  que esta nos sepa mal. Por eso valoramos aquella “que no tiene sabor”.

Esperamos haberte ayudado a responder a tus dudas de por qué a veces me sabe mal el agua y hayas encontrado la explicación que, casi siempre, suele ser más sencilla de lo que parece.

Lo único que tienes que tener presente es que el agua que consumas sea potable, y si está en tu mano, elegir la que más te gusta por su sabor.

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