La correcta alimentación de los hijos es una de las mayores preocupaciones cuando somos padres. Desde el momento en que nace el bebé y a medida que va creciendo se incrementan nuestras dudas e inquietudes, lo que nos lleva a preguntarnos cuál es la forma correcta de actuar en cada etapa de su crecimiento.
No hay duda, y así lo recomienda la O.M.S., la lactancia materna es el mejor regalo que una madre puede ofrecer a sus hijos para un correcto aporte de nutrientes en los primeros meses de su vida.
Sin embargo, a veces no es posible llevarla a cabo por diversos motivos, unas veces ajenas a la decisión de la madre y otros por voluntad propia, sea como sea, la alternativa a la lactancia materna nos lleva a plantearnos de qué forma podemos aportar una alimentación lo más sana y completa posible para nuestros bebés.
Alimentos y aguas naturales para los bebés
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El uso de alimentos naturales va de la mano a la recomendación por parte de la Asociación Española de Pediatría del uso del agua mineral natural como principal base de la alimentación en la infancia y para la preparación no solo de biberones sino de papillas, purés y demás alimentos infantiles.
Hábito que debemos inculcar desde que nace el niño y a medida que va creciendo.
El motivo de esta recomendación se debe a la pureza del agua mineral natural, un valor intrínseco que hace que sea cada vez más tenida en cuenta para incluirla en la alimentación de nuestros hijos.
El hecho de que su envasado se realice directamente desde que emana en el manantial, la exime de cualquier contaminación y por ello no necesita ser hervida para su consumo, lo que simplifica además nuestras labores cotidianas.
¿Por qué escoger este agua?
El equilibrio en su composición nos brinda un aporte adecuado de nutrientes y minerales, de ahí la importancia de educar desde pequeños a nuestros hijos en este hábito de consumo de agua mineral natural como principal fuente de hidratación, algo en lo que se insiste especialmente desde el Instituto de Investigación Agua y Salud.
La legislación española sobre aguas envasadas, obliga a que toda agua mineral natural comercializada incluya su composición completa en el etiquetado, justificando de este modo, ese equilibrio de elementos que la naturaleza nos procura y que la convierten en principal aliada de una alimentación natural.
